Ponce de León: declararon no culpables a 3 policías acusados de tortura seguida de muerte

Sebastián Ponce de León murió como consecuencias de la complicación derivada de las múltilples lesiones. El jurado entendió que las mismas no fueron causadas por los policías.

Sebastián Ponce de León, de 35 años, fue detenido en enero de 2019 acusado de violencia de género por su expareja. El procedimiento estuvo a cargo de una comisión de la Comisaría Primera de Barranqueras, integrada por el sargento Carlos Rodríguez y los agentes Cristian Chamorro y Sebastián Romero.

Cuando ingresó a la comisaría presentaba múltiples lesiones en diversas partes del cuerpo, y unas horas después debió ser trasladado al hospital Perrando, de Resistencia, donde murió al cabo de 10 días por una serie de complicaciones, principalmete una falla renal severa.

Por esto: Rodríguez, Chamorro y Romero fueron imputados de tortura seguida de muerte y juzgado por un jurado popular. Además de la familia de Ponce de León, se constituyeron como querellantes la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia y el Comité Provincial para la Prevención de la Tortura, y oros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Los abogados de los policías dijeron que cuando arribaron a su casa de la avenida 9 de Julio, él golpeaba a su expareja y de ésta, y que un tercero que no pudieron determinar si se trataba de un vecino o un transeúnte, saltó la reja y lo golpeó en defensa de las mujeres. Y que ya reincorporada, su excuñada le pegó con una silla para defender a su hermana.

La querella dijo que Ponce de León no ofreció resistencia pero que los policías actuaron violentamente, que lo golpearon a bordo del patrullero a lo largo de los aproximadamente 8 kilómetros que separan el lugar de detención hasta la División Medicina Legal de la Policía, en Resistencia, y que la tortura continuó cuando fue trasladado desde ahí hasta la Comisaría Primera de Barranqueras.

Así, el debate giró en torno a quién le propinó a Ponce de León la golpiza, y si la muerte se debió, efectivamente, a las lesiones sufridas en el momento de su detención o por alguna otra razón como una patología preexistente.

Como conclusión, el jurado declaró “no culpables” a los policías involucrados.